Editorial

LAS FIESTAS DE CIEZA QUE PRODUCEN ALEGRÍA Y HERMANAMIENTO

La Semana Santa de Cieza ha llegado a su final y, una vez más, tanto las cofradías participantes como la ciudadanía ciezana y los numerosos visitantes que llegaron a la localidad originaron que la celebración estuviera a la altura de las circunstancias. Todos estos esfuerzos fusionados en un único fin es lo que otorga que nuestra Semana Santa esté catalogada como de Interés Turístico Internacional. De hecho, la pasión con la que se ha vivido, a pesar de las inclemencias metereológicas que provocaron la suspensión de varias procesiones, ha resaltado y puesto en valor, todavía más, lo que significa esta festividad en Cieza.

Además, en breve y sin apenas descanso, Cieza volverá a encontrarse de celebración. En seguida será el turno de La Fiesta del Escudo ‘La Invasión’, una festividad que, a pesar de su relativa juventud, ha arraigado enormemente en la localidad, y esta es la causa de que muchos de sus habitantes sean partícipes de la misma.

Esta celebración, además de recrear un acontecimiento histórico importantísimo para Cieza, sirve como punto de encuentro, nexo de unión y fomento de la camaradería para gran parte de la ciudadanía local, que vive con una creciente intensidad dichos actos conmemorativos.

Seguramente, como suele ser habitual desde su creación, un halo místico e histórico embargará a Cieza esos días y se producirá una muy necesaria afectividad e interacción social entre los ciezanos y las ciezanas.

Tenemos la inmensa fortuna de que nuestra tierra, nuestras gentes y nuestras costumbres son excelsas y de que disfrutemos de las mismas de forma extraordinaria. Asimismo, la implicación de la sociedad ciezana para llevarlas a cabo es extraordinaria. Pon tanto, tenemos que gozar estos regalos que nos llenan de alegría y nos hermanan.